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El pasado mes de noviembre ADECUARA celebró su asamblea anual tomando dos importantes decisiones: la renovación de su junta directiva, con Jesús Lacasta como nuevo presidente, y la creación de una Sociedad Limitada, ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN, para hacerse cargo de la gestión de los viveros de empresas agroalimentarias que la agrupación tiene en Jaca y Biescas. Al frente de los mismas estará Ainhoa Moreno, experta en gestión de espacios de transformación agroalimentaria. Hablamos con ella para conocer más de cerca a la nueva gerente y los retos y objetivos que los viveros tienen por delante.

En la asamblea de noviembre se creó una sociedad limitada para la gestión de los viveros. ¿Por qué se ha dado este paso?

ADECUARA tiene por objeto la gestión del programa LEADER en el territorio de las Comarcas del Alto Gallego y Jacetania. Se hacía necesario diferenciar la gestión de los viveros, de lo que es el objeto fundamental de ADECUARA como Grupo de Acción Local. La creación de la SL, ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN, permite transferir a esa sociedad todos los recursos relacionados con los viveros, realizar una gestión más eficiente de los mismos. Al mismo tiempo, favorece el quehacer de ADECUARA como entidad sin ánimo de lucro.

Al frente de esa gestión va a estar usted, Ainhoa Moreno. ¿Qué relación y experiencia tiene en el sector?

Soy chef y socióloga. Con el tiempo he conjugado las dos profesiones, trabajando la producción alimentaria desde una perspectiva social. Antes de incorporarme a ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN, entre 2017 y octubre de 2019, he sido parte del proyecto MARES Madrid, como responsable del Gastrolab Villaverde. Allí desarrollé funciones de gestión y dinamización de la incubadora de empresas agroalimentarias, la supervisión y control de procesos organizacionales, de producción y seguridad alimentaria del centro de producción. Todo ello con el objetivo de promover iniciativas innovadoras y sostenibles desde la economía social.

¿Puede recordarnos qué son los viveros y para qué sirven?

Son una herramienta de dinamización socioeconómica del territorio, una oportunidad para proyectos emprendedores que comienzan su andadura o empresas agroalimentarias que quieren diversificar su actividad, creciendo en la cadena de valor de su producto. Los viveros de ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN son obradores compartidos, donde empresas agroalimentarias inician su actividad de transformación, para testear su producto en el mercado antes de realizar la inversión en su propio obrador. Un trampolín que permite evaluar la viabilidad del proyecto antes de asumir el riesgo. Son un coworking alimentario, además de oficinas compartidas, tenemos obradores compartidos.

¿Cuál es el papel que juega ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN ?

ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN gestiona los obradores para su buen funcionamiento, diseñando e implementado los protocolos y la regulación necesaria para el uso de los mismos. Acompañamos en la puesta en marcha de las líneas de producción que se quieran desarrollar, integrando en la misma la normativa vigente mediante el diseño del APPCC (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) correspondiente y su implementación. Y también somos los árbitros, supervisando el cumplimiento de la normativa y el reglamento de los viveros para su buen funcionamiento. Además tenemos como objetivo tener un papel dinamizador, donde promovamos herramientas que potencien el desarrollo y consolidación de los proyectos: creando sinergias con agentes sectoriales de cada línea de producción y con el territorio.

¿Haría falta algún tipo de mejora en los viveros?

Un proyecto veterano y ambicioso como este siempre tiene necesidades de todo tipo. Pero lo más importante es la racionalización del uso de los recursos, que las inversiones y apuestas vayan a la par de proyectos emprendedores, solventes y anclados en el territorio para que el impacto sea lo más multiplicador posible. Los viveros, como obradores compartidos, requieren de un plus de gestión que planifique y arbitre procedimientos. El desarrollo de un equipo dimensionado para la gestión y la planificación estratégica a medio y largo plazo cobra mucha importancia.

Es usted conocedora de proyectos similares en otras zonas ¿En qué punto se encuentra ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN respecto a esos proyectos?

Hay diversas iniciativas de obradores compartidos en diferentes puntos del país, con apuestas y modelos de gestión diferentes. Empezando por el de ConcaActiva, Tangamanent, Maskilu…y mucha gente pensando en cómo montar uno. Los obradores compartidos son una herramienta que racionalizan los recursos y pueden ser un dinamizador agroalimentario territorial estupendo, que promuevan los productos de cercanía y los circuitos cortos. ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN es un proyecto que, por su dimensión, es uno de los más grandes y, por su trayectoria, uno de los más veteranos. La complejidad de gestión que entrañan los viveros es una fuente de aprendizaje para muchos futuros obradores compartidos que se han puesto en marcha o piensan hacerlo. Además, lo más relevante a subrayar es la participación de muchos agentes del territorio en ADECUARA, haciendo suyos los viveros y defendiéndolos como una herramienta de dinamización socioeconómica territorial importante.

¿Hacia dónde habría que ir?

El objetivo de ADECUARA GESTIÓN E INNOVACIÓN es impulsar el desarrollo rural, promover iniciativas de emprendimiento con una perspectiva sostenible e innovadora, que tengan impacto social es la brújula que tiene que guiar los viveros. En los tiempos que corren, es importante valorar un acompañamiento a los proyectos que ponga el foco en la innovación y la sostenibilidad, además de en los huecos existentes en el mercado territorial, potenciando una gerencia de los proyectos cualificada y eficaz. El sector de la transformación alimentaria es un mercado saturado y exigente, donde no todo vale, el valor añadido de una propuesta innovadora y sostenible puede ser la clave para el posicionamiento en el mercado de un producto mínimo viable.

Es decir, que hay que trabajar en innovación

Sí, es el reto que tenemos, ineludiblemente. Estamos en un territorio maravilloso y la actual situación ambiental de cambio climático nos exige pensar de una manera diferente, innovadora, no podemos seguir afrontando la transformación agroalimentaria igual si queremos aumentar el impacto positivo en el territorio y no esquilmarlo. La innovación no está reñida con las iniciativas artesanas, ni tradicionales de transformación alimentaria. Le suma y añade valor y viabilidad. He tenido la suerte de acompañar unas cuantas iniciativas pequeñas y artesanales, de las que destacaría sobre todo la innovación. Porque ¿qué es la innovación? No es otra cosa que repensar la forma en que hacemos las cosas de una manera creativa, abrir la mente para valorar formas nuevas que desborden formas de hacer que no dan resultados y que incluso, en algunos casos, significa recuperar tradiciones y sistematizarlas.

¿Alguna clave más para afianzar esos proyectos?

Sí, para mí hay tres claves muy importantes: la eficiencia en la gerencia empresarial, la consolidación de los equipos motores que lideran los proyectos y la forma jurídica que adoptan.

¿Cuál es la importancia de la eficiencia en la gerencia empresarial?

Es tan importante como saber hacer una tarta, un queso o un licor… La eficiencia de la gestión de los recursos disponibles en la pequeña empresa es clave. Aquí también nos toca ser innovadores. Será la diferencia entre tener el control de la estructura de costes y poder tomar decisiones económicas que mantengan la viabilidad del proyecto o no.

Ha señalado también la consolidación de los equipos motores. ¿Por qué?
La consolidación de los equipos motores que lideran los proyectos emprendedores es clave. Es decir: trabajar las debilidades y las potencialidades del equipo que quiere emprender, ajustar las expectativas individuales a los tiempos y objetivos del proyecto colectivo, definir funciones, responsabilidades y la toma de decisiones, además de cómo queremos relacionarnos con los diferentes agentes del territorio, es imprescindible también para que los proyectos de emprendimiento prosperen.

¿Qué papel puede jugar esa consolidación?

He acompañado el desarrollo de ideas y productos potentes y he visto cómo se caía o ralentizaba el proyecto, porque emprender en solitario es muy difícil o por problemas en el equipo motor. Para mí el trabajo colectivo, suma, multiplica y maximiza una idea, uno más uno deja de ser dos. La multiplicidad de miradas y opiniones enriquecen una idea y tiene más probabilidad de éxito y aceptación. Pero es obligatorio gestionar las relaciones humanas de una manera inteligente. Esto no es nuevo, es algo que las grandes empresas ya lo están haciendo para desarrollar al máximo el potencial de las personas que integran las mismas. Para las pequeñas iniciativas, todavía es más importante si cabe.

La última clave que ha señalado es la forma jurídica. ¿Cómo puede ayudar, o no, a un proyecto la forma jurídica que adopte?

La definición del tipo de organización y la forma en la que se toman las decisiones desemboca en encontrar el vestido más adecuado para cada proyecto. Utilizar una talla de pantalón muy estrecha es incómodo. La forma jurídica de la empresa no es otra cosa que la formalización de esas relaciones humanas que se dan dentro. En este punto, desde mi experiencia profesional, quiero subrayar los beneficios de afrontar la organización empresarial con lógicas cooperativas y solidarias. Las empresas de economía social por su propio ADN tienen un ligazón con el territorio estrecho y positivo, ponen la vida de las personas en el centro. La viabilidad económica se tiene que transformar también viabilidad social.

Innovación, gestión del equipo humano, y suponemos que se deberá tener conocimiento del sector en el que se va a operar

Los proyectos emprendedores tienen que ser expertos en su línea de producción. Pongo un ejemplo: Si no soy psicóloga va a ser difícil que a corto plazo pueda montar una consulta de terapia, no quiero decir imposible. Pero sí más lento. Tendré que formarme, adquirir experiencia….

Esa cualificación profesional en el sector alimentario es una línea de partida, para poner en el mercado un producto que responda a la calidad diseñada y que asegure una producción acorde a la normativa sanitaria obligatoria. Independientemente de que un producto sea más o menos artesano, el cumplimiento de la normativa es insalvable cuando ponemos el producto en el mercado. Y además conocer técnicamente la actividad, los procedimientos de elaboración, será lo que nos permitirá escalar la producción al nivel que decidamos para hacernos viables. Una cosa es hacer una tortilla de patata en casa y otra muy distinta querer ganarme la vida vendiendo tortillas de patata. Este salto requiere una profesionalización que es básica.

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