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Actividad de Territorio Mudéjar con la escuela de Tobed / Fuente: @territoriomudejar

Suele hablarse del mudéjar como la arquitectura cristiana realizada por los mudéjares, los musulmanes que permanecieron en el territorio conquistado por el poder cristiano. Esta definición responde a la riqueza arquitectónica de las localidades aragonesas, en las que contamos con ejemplos sobresalientes como las torres de Teruel y de Calatayud, el palacio de la Aljafería y La Seo en Zaragoza, o las iglesias de Tobed y Cervera de la Cañada, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO desde el año 2001. 

Sin embargo, es una interpretación demasiado simple para entender la complejidad de un arte longevo que está vinculado a los paisajes, al aprovechamiento de la naturaleza y a la sostenibilidad del territorio. Para conocer el mudéjar en toda su dimensión, ocho grupos de desarrollo local y la Asociación Territorio Mudéjar han lanzado un proyecto innovador, destinado a que los alumnos de las escuelas rurales conozcan y valoren el patrimonio que les rodea y refuercen así el arraigo e identidad a su territorio.

El proyecto, denominado Territorio Mudéjar Circular desde la escuela rural, trabaja todos los recursos que hacen “pueblo”: paisaje, monumentos, urbanismo, tradiciones, artesanía, patrimonio agrario, patrimonio hidráulico… Y entiende que la escuela rural es un espacio estratégico, para aprender las potencialidades que tiene el territorio y favorecer el arraigo de sus habitantes desde las edades más tempranas. 

Victoria Trasobares, la directora de la Asociación Territorio Mudéjar, explica que esta iniciativa requiere trabajo en equipo y compromiso de toda la comunidad: 

“El trabajo que desarrollamos está relacionado con diferentes agentes, ya que el objetivo es que la escuelas integren todos los elementos identitarios de cada localidad en la programación docente y en todas las áreas de conocimiento del currículum educativo, lo que desde hace unos años se vincula con las metodologías de inteligencias múltiples. Para ello, estamos diseñando diferentes acciones que podemos denominar ‘de aprendizaje’ y en las que el primer eslabón es el maestro como diseñador, transmisor y contacto directo con los niños”. 

La directora de Territorio Mudéjar señala que, además de trabajar en el interior de la escuela, “el proyecto pretende implicar a toda la comunidad educativa: la familia y el entorno humano en el que se ubica la escuela; es decir, aquellos que aportan los saberes generacionales y de identidad patrimonial”.

La iniciativa nació en el curso 2018-2019 con una experiencia piloto en la escuela de Tobed, integrada en el CRA Vicort Isuela que agrupa cinco colegios de los valles del Grío y el Isuela. Desde 2016, y coincidiendo con el 15 aniversario de la declaración del mudéjar de Aragón como Patrimonio Mundial por la UNESCO, “este centro rural había puesto en marcha pequeños proyectos para incorporar a la programación docente algunas actividades educativas orientadas al patrimonio histórico, artístico y cultural de los pueblos”, explica Victoria Trasobares. “Poco a poco, fuimos viendo que estas actividades funcionaban mejor si estaban integradas de manera transversal. Y, en el curso 2018-2019, dos maestros de la escuela de Tobed, comenzaron a trabajar en una programación curricular que siguiera todas las pautas del aprendizaje en cada curso, pero generando acciones interdisciplinares vinculadas a la metodología de gestión de recursos historico-artísicos, patrimoniales, monumentales, naturales…”, añade la directora de Territorio Mudéjar.

Laura Castejón, maestra del colegio ese curso, recuerda cómo le emocionó la idea cuando su compañero Víctor Gumiel, docente del área de Educación Física del Vicort-Isuela, le contó que quería hacer una ruta de orientación con los niños por el pueblo con un mapa que marcase cada elemento o zona importante. “Vi que tenía mucho potencial para trabajarlo desde todas las áreas”, explica Laura Castejón.

Por ello, buscó contenidos comunes para los siete alumnos de diferentes cursos a los que impartía clase en su aula unitaria. “Quisimos que los alumnos se sintieran el centro y fueran ellos quienes decidieran los lugares que querían destacar. Ellos me decían: ‘queremos hablar de los abuelos’ –una zona natural de cárcavas ubicada en la zona de sierra más cercana a la localidad- y yo cogía el currículo y buscaba la forma de desarrollar esas competencias con los contenidos, en este caso sobre la formación de las montañas”. Aunque este proyecto piloto no integraba en su inicio elementos monumentales, Laura Castejón recuerda: “En cuanto se lo comentamos a Victoria, nos ayudó un montón y comenzamos a introducir toda la conceptualización del mudéjar”. 

Victoria Trasobares destaca que “el escenario era el ideal porque Tobed es una de las localidades emblemáticas del mudéjar aragonés y cuenta con una historia y un patrimonio monumental de nivel internacional: la iglesia de la Virgen de Tobed, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO desde el año 2001, es uno de los ejemplos paradigmáticos de una de las tipologías arquitectónicas más importantes del estilo, la iglesia-fortaleza. Para trabajar con la escuela, el Museo Mudéjar Mahoma Calahorri se convirtió en espacio de aprendizaje y se ahondó en la historia del arte mudéjar de la localidad”, añade.

Actividad de Territorio Mudéjar con la escuela de Tobed / Fuente: @territoriomudejar

Aunque Laura ya no es maestra del colegio del Tobed, el proyecto continúa gracias a Territorio Mudéjar, entidad colaboradora fundamental en el proyecto y que pretende replicar la metodología en las localidades que forman parte de la asociación, para obtener resultados únicos e identitarios desde cada escuela. 

“Las localidades y su historia son en sí mismas espacios de aprendizaje únicos e insustituibles”, apunta Victoria Trasobares, quien destaca: “Ahondar en esa identidad no significa solamente trabajar en lo monumental, que es la punta del iceberg. La existencia de restos mudéjares en una localidad significa que allí ha existido una economía de medios, de recursos, un trabajo con el paisaje, unos oficios determinados, que están totalmente vinculados a la historia del territorio. En nuestro caso, esto destaca por la fusión cultural entre civilizaciones, con una cultura mudéjar procedente de una tradición islámica que podemos rastrear en algunos casos hasta 800 años atrás”. 

El proyecto crece en el territorio

El proyecto Territorio Mudéjar Circular desde la escuela rural se extenderá por otros centros. Uno de ellos, el de Villarreal de Huerva, donde estudian niños y niñas de Villareal de Huerva y de los pueblos de alrededor como Romanos o Villadoz. Su alcaldesa, Rosario Lázaro, explica: “El pueblo está muy volcado en el bienestar de los niños, de hecho, el colegio ha sido nombrado Escuela Amiga de Unicef. Apoyaremos cualquier proyecto de innovación que mejore la formación de los niños y niñas y que, a través de estudiar la identidad, fomente el arraigo. Sabemos que es el camino que debemos de seguir”, asevera la alcaldesa. Rosario Lázaro añade que los últimos años, Villarreal, ha crecido y también lo ha hecho la necesidad de ampliar sus instalaciones. Por ello -y gracias a la financiación de diferentes administraciones como el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza, el ADRI Jiloca Gallocanta y los propios fondos municipales- en enero de 2018 se abrió la Escuela Almada, una escuela de 0 a 3 años, que complementa al colegio de Infantil y Primaria.

Para que Territorio Mudéjar Circular desde la escuela rural siga creciendo, las siguientes acciones se centrarán en la formación de los maestros para que el próximo curso puedan comenzar a trabajar sobre su programación. Esta iniciativa, resultante de las actividades experimentales en una pequeña escuela rural, ha saltado al territorio para impulsar un aprendizaje activo, transversal e identitario de la escuela rural aragonesa. 

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