Ángel Jiménez es el decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco; y profesor desde hace más de treinta años en la Escuela Universitaria Politécnica de la Almunia de doña Godina. 

Actualmente se encuentra inmerso en el proyecto de cooperación encuadrado en el Programa de Desarrollo Rural “Transformación digital del sistema de asesoramiento agrario y forestal de la C.A. de Aragón”.

¿Cuál es el objetivo de este proyecto de cooperación?

Nuestro objetivo es proporcionar a Aragon de un sistema que de respuesta global de forma colaborativa a las necesidades que tienen los asesores técnicos y agricultores para poder afrontar de una manera profesional y eficiente los grandes retos que tiene el sector; como por ejemplo, la nueva PAC, los ecosistemas, agricultura de precisión, eficiencia y digitalización de los sistemas de riego… 

¿Llega tarde la digitalización en el asesoramiento agrario?

Se está afrontando desde hace tiempo en el sector pero requiere de un sistema de asesoramiento y nosotros lo que hemos hecho es, primero, mirarnos. 

La mayor parte del asesoramiento que viene de 70 años a esta parte ha derivado en el asesoramiento privado. No es un hecho negativo en sí, pero requiere también de que el sector agrario cuente con asesores propios para que medien con los asesores privados y se encuentren las mejores soluciones. 

¿Es ese el mayor reto del asesoramiento?

La cuestión es que los asesores no pueden saber de todo para solucionar todos los problemas de los agricultores. Cuentan con conocimientos de diversas áreas pero no cuentan con una especialización y buscan ayuda de los especialistas.

No queremos tirar por tierra esa labor, sino que queremos potenciar su capacidad y darles a los asesores herramientas de comunicación por medio de la digitalización, que les permita estar en contacto con sus agricultores y, también, con sus fuentes de conocimiento. 

¿En qué consistirá la herramienta de comunicación?

Partimos de algo que llevamos haciendo cinco años porque llevamos tiempo trabajando en proyectos cooperación como RICA o APROGIT y en ellos hemos desarrollado parte de la herramienta en la que estamos trabajando. Gracias a estos previos proyectos contamos con un montón de información técnica y científica recogida en RICA, y en APROGIT elaboramos una herramienta de comunicación que está en pruebas.

Lo que vamos a hacer es tratar de ensamblar todo para dar cobertura a todos los que quieran aportar y para que el asesor tenga una única herramienta, nuestro elemento central es el asesor y su profesionalización. 

Con su profesionalización ¿a qué se refiere concretamente?

El sector agrario, en su mayor parte, está sustentada en empresarios agrícolas familiares o pequeñas que no tienen capacidad ese tener un sistema de asesoramiento o técnicos y acuden a asesores compartidos en las entidades de asesoramiento. Queremos proteger la profesión y dar cobertura a los agricultores. 

¿En qué estado se encuentra el proyecto actualmente?

La planificación está finalizada y la ejecución se prevé en el año 2022 y 2023. Una vez en marcha, será su éxito si los asesores lo adoptan o no. Tiene que tener una trascendencia de usabilidad directa y esperamos que se implante y use por los asesores que lo deseen.