En Entrevistas

Javier Lambán Barón, natural de Sierra de Luna, ha realizado su trabajo de fin de máster en Ordenación Territorial y Medio Ambiental analizando el perfil del teletrabajador aragonés, en colaboración con ADEFO Cinco Villas, y a través de unas prácticas del Programa Arraigo.

Un estudio que ha permitido conocer las necesidades de estos profesionales a la hora de irse a vivir a un pueblo. Y, por extensión, ayudar a las administraciones a la hora de buscar nuevos vecinos para las áreas más despobladas.

¿Cómo nace la idea de este estudio?

Con la aparición del covid en nuestras vidas nos cercionamos de que al medio rural se le habría una nueva posibilidad, la oportunidad de que a los pueblos llegasen personas con alta cualificación profesional. Por ello, nos interesaba saber quién era el teletrabajador aragonés, a qué se dedicaba y qué exigía para mudarse a una pequeña localidad. Para ello, entrevistamos a 62 teletrabajadores de las tres provincias, de todos los sectores y ámbitos (autónomos, empresa y administración). 

Y, ¿qué han averiguado? 

La mayoría son mujeres de hasta 40 años, sin hijos, con estudios superiores y en su gran mayoría residen en una población grande (como cabeceras de comarca). En cuanto a su situación trabajan en el sector terciario por cuenta ajena y con modelo híbrido, teniendo que acudir a la oficina de vez en cuando. Se dedican a educación y formación, ingeniería, márquetin, informática y telecomunicaciones en su mayoría.

A estos profesionales ¿les interesa moverse a un pequeño pueblo?

A priori dicen que sí, pero muy pronto te das cuenta de que resulta muy difícil este salto al medio rural ya que los pueblos no cubren sus altas expectativas.

¿Cuáles son?

En primer lugar la vivienda. Influye muchísimo y debe ser espaciosa, contar con luz natural y con un jardín amplio. En segundo término aparecen los servicios básicos como sanidad, educación, transporte o conectividad. La gente tiene asumido que en un pueblo uno se debe desplazar, por tanto la compensación llega por la vía de la vivienda.  

¿Qué papel juega el vínculo con el lugar?

Fundamental. El 80% de los encuestados cuenta con vínculos previos con el pueblo y no están dispuestos a irse a otro. Si mi pueblo no me ofrece lo que busco, continúo donde estoy, y acudo al pueblo el fin de semana.

Así que, en resumen, al final nos encontramos con un reducido número de teletrabajadores dispuestos a mudarse a un pueblo. 

Tendremos que buscar otro perfil…

Resulta más sencillo con personas inmigrantes o con menor nivel de estudios, esa es la realidad, debido a las características de la oferta de trabajo en estos espacios. En cuanto a los de alta cualificación, si en los Ayuntamientos de su pueblo saben quiénes son, y tienen un perfil determinado de búsqueda, podrían hablar, buscar soluciones… pero el anuncio genérico de ofrecer vivienda no funciona con este sector por sus características.

¿Alguna idea?

Las administraciones deben centrar sus esfuerzos por dar con el perfil de persona y familia que necesitan. Observo que las ofertas conjuntas de vivienda y trabajo suelen funcionar. Para fijar población no debemos olvidarnos de la emigración. Y tampoco podemos obviar otros aspectos importantes, me refiero a que la vida en un pueblo está idealizada y, a veces, la integración no resulta tan sencilla como podemos pensar.

¿Qué sorpresas se ha llevado en este estudio?

El peso tan alto de la vivienda y que fueran mujeres sin hijos. Piensan en el pueblo como una opción de futuro para criar a sus hijos.

Este proyecto de LEADER, pertenece a la Medida 19. El presupuesto total de la Medida 19 para el período 2014/2021 es de 85,2 millones de €.

El Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Aragón 2014-2020 representa la mejora de la productividad y de la competitividad del sistema agroalimentario como base de la economía y de la generación de empleo rural, la gestión sostenible de recursos naturales y la acción por el clima y el desarrollo territorial equilibrado.

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