En Entrevistas

Aunque sus promotores llevaban muchos años trabajando en el sector agrícola, la empresa Huerta Campo Jara- en La Almunia de Doña Godina- comenzó su andadura en el año 2013. Entre 2015 y 2017 recibieron el apoyo del Programa de Desarrollo Rural y aumentaron el número de trabajadores. En la actualidad, en plena campaña campaña de recogida y envasado, pueden llegar a las 80 personas. Conversamos con su gerente Paco Jara, quien dirige la actividad en campo y almacén.

-Aragón, dentro de España,  se encuentra a la cabeza en producción de fruta dulce de hueso, pero en este 2022 se sufrieron heladas a principios del mes de abril.  Huerta Campo Jara ¿cómo se ve afectada por las heladas?

-Aragón produce más de 650 millones de kilos de fruta, pero este año habrá menos de 200. El problema, como sabéis, fueron las heladas que se produjeron entre los días 1 y de 6 de abril en Aragón, además de otras comunidades.

Nuestra empresa, ubicada en la comarca del Valdejalón, también sufrió esas heladas en el campo afectando la cosecha esperada sobre todo de albaricoque, melocotón,  nectarina, paraguayo…

– ¿Cómo se presenta para ustedes la campaña? 

-La verdad que se presenta difícil tanto a los agricultores, autónomos y empresas; además de los sectores y servicios que derivan de la agricultura y horticultura. Se va a necesitar mucha menos mano de obra, incluso me llegan noticias de UAGA que estima que esta campaña se van a dejar de contratar alrededor de 10.000 temporeros. 

Los peores efectos de las heladas las vamos a sufrir en el albaricoque, melocotón y nectarinas. Concretamente el albaricoque ha quedado en torno al 20% de una cosecha habitual. 

En el caso de la cereza las heladas afectaron en menor grado debido a la evolución del fruto en ese momento. De todas maneras vigilamos la evolución ya que la campaña se presenta con retraso.

Los precios los irá marcando el propio mercado en función de la cantidad de fruta disponible en cada momento. La estimación indica que los precios se mantendrán elevados por una oferta menor y por el aumento de otros elementos como los costes energéticos y las subidas de precio del material auxiliar.

-El sector agrícola presenta un alto índice de tecnificación y de innovación. Huerta Campo Jara invirtió entre 2015-2017 en la instalación de dos líneas de calibrado de fruta además de adquirir baterías de enfriamiento de agua Hidrocooling.  Para ello contaron con una ayuda pública del Programa de Desarrollo Rural. ¿Cómo valoran estas subvenciones?

El primer paso corresponde al agricultor/empresario… todos tenemos un espíritu emprendedor y el riesgo y dedicación es total.  Pero también es de agradecer el apoyo de la administración a las empresas agroalimentarias para poder plantearnos este tipo de inversiones. 

En nuestro caso con calibradoras e hidrocooling. Resultan inversiones muy necesarias para poder concurrir en un mercado competitivo, cada vez más técnico con el mejor producto y calidad.

Necesario además para poder acudir al mercado exterior sobre todo a países de la Unión Europea.

No podemos olvidar que este sector está muy regulado, y es necesario una constante adaptación a la normativa tanto de campo, como de seguridad alimentaria. Además tenemos una responsabilidad añadida para adaptar nuevos procesos a la tecnificación e innovación.

En el proceso de solicitud de subvenciones tenemos que agradecer la disposición del personal de Gobierno de Aragón por su orientación en la preparación de la extensa documentación solicitada 

-Cuando se habla de lo que cuesta la cesta de la compra,  se mira al campo y los agricultores se quejan… Desde su punto de vista de productor y comercializador, ¿cómo explican al consumidor final el aumento de los precios en el producto fresco como la fruta?

El productor quiere  llevar el mejor producto con la máxima garantía y niveles de calidad a la cesta de la compra del consumidor. 

Dicho lo anterior, debemos tener en cuenta que a lo largo de la cadena de suministro se van añadiendo una serie de costes y valor al producto. En el campo han aumentado estos últimos meses los costes de producción a nivel energético, de materiales, abono…

Por otro lado el aspecto de  la calidad es vital. Comienza  desde la recepción del producto, hasta su clasificación y envasado, pasando por una estricta conservación durante el proceso. Esto requiere disponer de unas modernas instalaciones y maquinaria que garanticen una llegada al punto de venta con total garantía. 

El siguiente paso en contar con una buena logística con camiones refrigerados y una plataforma de destino con instalaciones climatizadas con el fin de no romper la cadena de frío.

Todos estos procesos están supervisados y validados por las distintas empresas auditoras que se encargan de certificar el estricto cumplimiento de las normas, incluyendo la vigilancia en la higiene de personas e instalaciones que intervienen en todos los procesos.

Estos estándares de calidad que se han ido incorporando en la cadena de suministro y aumentan el valor de un producto final con todas las garantías sanitarias, es valorado positivamente por el consumidor. 

-¿Cómo ven el futuro del campo aragonés y del sector de la fruta en particular?, ¿Qué es necesario de cara al futuro: inversiones, explotaciones más grandes, mano de obra…?

-En Aragón disponemos de una base agraria fuerte, contamos con mucho potencial si aplicamos investigación y desarrollo. 

Las inversiones resultan del todo necesarias, tanto en el campo como en las instalaciones. Es una idea que tenemos muy clara en nuestro grupo donde todos los años hacemos un estudio con dotación presupuestaria, para la campaña siguiente.

En cuanto a la formación de nuestra plantilla, desde hace varios ejercicios preparamos unos planes para el desarrollo profesional, por departamentos que nos da muy buenos resultados. 

-¿Cuáles son los principales retos de sacar adelante una empresa como la suya?

Antes decía que los agricultores/empresarios somos emprendedores. Asumimos muchos riesgos y nuestra dedicación es total.  Dicho esto, el futuro en este sector pasa por la adaptación a las nuevas normativas, a las certificaciones de calidad, a nuevos procesos, a envases más sostenibles; y no nos olvidamos de la tecnificación y especialización para que tu producto llegue de la forma más competitiva al mercado. Otro de los retos es el mercado exterior tal y como contemplamos en nuestro plan de marketing.

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