María José se ha incorporado como joven ganadera en San Juan de Plan gracias a la concesión de una de las subvenciones del programa de desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, que le ha permitido construir una nave semiestabulada de unos 600 metros cuadrados destinada a sus 450 ovejas.
María José pasó de trabajar en un supermercado a cuidar las ovejas, “en esta zona del Pirineo o te dedicas a la ganadería/agricultura o al sector de servicios. “Siempre ha habido ovejas en mi casa y esta era una ocasión perfecta para regularizar la situación y dedicarme totalmente a ello. El mundo de la ganadería es muy complicado, tanto para mujeres como para hombres, pero aquí en la alta montaña mucho más, porque tienen que estar estabuladas muchos meses y no hay una gran extensión de campos como en la tierra baja”.
De hecho, uno de los principales problemas vino con la construcción de la nave donde tienen ubicadas a las ovejas, a un kilómetro exacto de Plan pero que discurre por una pista con un desnivel considerable y a lo que hay que sumar el acceso por carretera hasta la zona. “Tuvimos que quitarnos la idea de hacer una nave más grande, porque las piezas no cabían por los túneles de Plan. Además hubo que descargarlas y subir el material casi arrastrando por la pista. Aquí aumenta el coste tanto del transporte como el derivado de la climatología y, por desgracia, la administración no diferencia entre zonas más complicadas como estas y otras con mejores servicios, tiempo y acceso”.
Recién llegada de la trashumancia hasta el puerto de Sahún junto a su pareja explica que “ha sido un poco complicado porque hay algunas cañadas que están respetadas y otras que no”. Respecto a los osos y a los lobos, María José comenta que todavía no han llegado pero cree que “la ganadería en general está poco apoyada en todas partes. Aquí no ha habido osos durante muchos años y la reincorporación de los mismos a un medio en el que se habían extinguido por elección natural no nos beneficia. Además, en el caso de ataque, las compensaciones que se están dando a ganaderos donde se han producido estos ataques no son reales, los costes perdidos son mucho mayores”.
Cuando la situación esté algo más estabilizada, María José espera poder pedir alguna ayuda más relacionada con la modernización “para poder seguir mejorando nuestras instalaciones”. Aunque lleva desde 2016 trabajando con la ganadería, las ayudas no han llegado hasta ahora y esperamos poder vivir de esto muchos años “porque aquí hay poco medios de vida”.