-En la actualidad trabajan las partidas de El Prao y Huerta Alta de Calanda.
-Se va a modernizar en su totalidad el riego de estas parcelas que suponen un total de 70 hectáreas-comenta Jesús Jubierre secretario de la comunidad de regantes Guadalopillo-. Vamos a dejar atrás el riego tradicional para pasar al riego por presión. El trabajo consiste en colocar toda las tuberías necesarias que van a pie de finca y en la parte alta, además, solventar el tema de la presión.
-Descríbanos estas zonas.
-En 70 hectáreas hay contabilizados 110 propietarios. Se trata de huertos tradicionales, muy cercanos al pueblo y que se dedican en exclusiva al cultivo del melocotón, no se dan herbáceos, ni otros cultivos. Por tratarse de minifundios la obra resulta un poco más complicada. En primer lugar porque cada uno, cada propietario, tiene su propia filosofía y, también, por la pequeña dimensión de los huertos, las conducciones secundarias se multiplican por cinco. Existe un gran entramado de acequias secundarias. Para regar, nos abastecemos de la balsa de riego que ya está construida en la linde con el vecino pueblo de Foz de Calanda.
-No se trata de la primera modernización que acomete su comunidad.
-Cuando concluya esta fase dispondremos de un 65% de las tierras de la comunidad modernizadas. Contamos con unos 500 comuneros, aunque, no todos se encuentra como agricultores en activo. Como estas obras llevan tiempo y dinero, sectorializamos la modernización y nuestra primera tarea consistió en construir cuatro balsas de regulación. A raíz de estas balsas hemos ido modernizando el riego.
-¿Cómo califica esta temporada del melocotón de Calanda?
-Yo diría que extraordinaria. La sequía de los últimos meses a nosotros nos beneficia porque el pedrisco y el agua suponen una amenaza para el melocotón en su última fase.
Pero está claro que sin regadío no hay futuro en la agricultura, fuera del regadío hace mucho frío.
-¿Cuentan con relevo generacional?
-Sí, veo que hay jóvenes interesados en continuar. Y por ello, asegurarse el riego y la modernización de las explotaciones resulta imprescindible. Como resulta obligatorio, para las administraciones, las ayudas a la incorporación de jóvenes si queremos asegurar vida en los pueblos y una agricultura de la que se pueda vivir porque cada vez hacen falta más tierras en una sola mano. Yo veo que el apoyo del Programa de Desarrollo Rural anima a los jóvenes a quedarse.