La Casa Ruché de Plan (Huesca) es casi una institución de la bal de Chistau. Fundada en 1976, esta empresa familiar se ha ido desarrollado en un rincón del Pirineo que también ha visto crecer el turismo hasta suponer una cuota de entre el 60 y el 70% de su volumen de negocio. Tras la jubilación de su padre, José Ignacio López ha visto la oportunidad de realizar una reforma con unas dimensiones que habría que remontarse a la de 1985 si se quisiera comparar. En este caso le han sido concedidos 59.050,87€ de un fondo LEADER para llevarla a cabo.
El proyecto que se va a ejecutar repercute directamente en la modernización del establecimiento, y contempla varios puntos: Un recambio del pavimento por suelos antideslizantes, que reducirá riesgos de cara a las nevadas y precipitaciones; un revestimiento de las paredes con un entarimado que aísle térmica y acústicamente; la división del bar y el comedor maximizando la iluminación natural; así como la instalación de aire acondicionado y dispositivos de seguridad que proporcionen a este local una situación actualizada.