Cuando uno, de verdad, se quiere quedar en un pueblo, se queda. Si no, encuentra mil excusas para irse. Virginia Larraz encarna esta frase. Una balanza en la que el amor por la tierra es más fuerte que mil motivos para emigrar.
Ella ha encontrado su camino en Novés y hablamos con ella en la víspera de San Antón Abad. San Antón, patrón de los animales y también patrón de Novés, una pedanía de 30 habitantes a 10 minutos en coche de Jaca. La economía de Novés se sustenta en la agricultura y la ganadería. Y a ella ha venido a sumarse Virginia Larraz, quien continua con el legado de su familia.
– Ingeniera agrícola puesta a ganadería. ¿Por qué?
-Yo lo que quería era quedarme a vivir en el pueblo. Aquí estoy: empadronada, con mi explotación, mi familia, mi hijo. No deseaba irme. Así que una vez que vimos las grandes limitaciones que para mi profesión suponía esta zona me hice cargo de la explotación al jubilarse mi padre. Al fin y al cabo, sigo dedicándome al sector primario.
-Y ¿cómo reaccionaron sus padres?
-En mi padre he encontrado uno de mis grandes apoyos. Él me animó a seguir con su explotación y me incorporé como joven agricultora en 2017. En mi caso, resulta crucial el apoyo de mi hermano, que también vive aquí y cuenta con otra explotación y trabajamos codo con codo, ayudándonos, aunque cada uno con su negocio.
-Se dividen el trabajo.
-Yo me dedico más al tema administrativo. Confieso que sola no me hubiera decidido a hacerme cargo del ganado porque, a pesar de que todos podemos sacar adelante este tipo de trabajo, en algunos aspectos se requiere una fuerza física de la que carezco. Pienso en cuestiones concretas como levantar sacos de pienso y mover reses, yo no podría. Pero, por ejemplo, en verano, el ganado sube al puerto de Collarada. Yo voy sin problema y controlo el sistema de GPS que los localiza.
-Se encuentran muy cerca de Jaca.
-Para mí, como madre, vivir cerca de Jaca representa una gran ventaja porque los servicios se centran ahí, por el niño, pero a la vez vivo sin los inconvenientes de Jaca.
-Se ha unido a un club, la ganadería ovina extensiva, del que dicen que uno no se hace rico…
-El consumidor paga un precio que para nada vemos los ganaderos. Menos mal que contamos con ayudas, porque resultaría imposible sobrevivir. Pensando en el mercado, sería deseable un aumento del consumo.
-Muchos de los que se incorporan se quejan de los trámites farragosos.
-Por mi formación y trabajos anteriores yo estaba familiarizada con la burocracia y, a pesar de ello, me topé con asuntos inesperados. Habría que simplificar, también la PAC.
-¿Satisfecha?
-Desde luego.