Sobre la mesa de Ramón Giménez –Jefe de Servicio de Infraestructuras Rurales del Gobierno de Aragón– suelen abundar los planos de las modernizaciones de regadíos. Manchas de color que van cubriendo el territorio en el papel y que luego se convertirán en manchas de color verde desde el satélite. Al final, un signo evidente de que el mundo rural sigue vivo.

¿Qué han supuesto aspectos como la modernización de regadíos en este período del Programa de Desarrollo Rural (PDR)?

Dado que somos el servicio que realiza estos trabajos, no somos muy objetivos, pero creemos que es fundamental para el desarrollo de la agricultura al ser un hito fundamental para su modernización, aunando ahorro en el uso del agua, el tiempo para llevar a cabo el trabajo del riego, y asegurando las cosechas con el máximo rendimiento.

Además de estos beneficios generales de las modernizaciones tradicionales que todo el mundo tiene en mente (eficiencia en el uso del agua, mejora de la calidad de vida de los regantes, reducción de la contaminación difusa..)  hay que sumar y destacar  el papel de esta línea para ayudar a las comunidades de regantes a adaptarse a la nueva realidad tras el incremento de costes que supuso la modificación de las tarifas eléctricas. Fundamentalmente, mediante el apoyo a las energías renovables, en especial a la fotovoltaica que está teniendo una gran aceptación en el sector como alternativa a los bombeos eléctricos tradicionales.

También es importante destacar el avance en la mejora medioambiental, tanto en inversiones materiales que contribuyan directamente a la mejora del medioambiente, como la creación de humedales, filtros verdes…. como avanzar, aunque sea con pequeños pasos, en la asunción por parte de las comunidades de regantes de su papel fundamental para el control en su territorio del cumplimiento de buenas prácticas en el uso del agua.

Las comunidades de regantes son estructuras muy antiguas, ¿ha llegado también la modernización a ellas?

Son organismos muy antiguos y como tal un poco anquilosado. En el campo –por lo que ya he mencionado– hay cierta tendencia a reaccionar contra la modernización, ya que en muchos casos las otras modernizaciones han traído más problemas que beneficios. No obstante, la modernización de estos organismos va parejo con la modernización de la agricultura que realizan. Si ésta es muy tecnificada y modernizada, también lo es la comunidad de regantes, desde su funcionamiento administrativo hasta su gestión, y viceversa,. Si la agricultura es de subsistencia, la comunidad de regantes está absolutamente congelada en el tiempo.

Con ello quiero decir que la comunidad de regantes es un medio de los agricultores, y que esta es lo suficientemente flexible para poder ser modernizada, tanto de hecho como legislativamente. 

Aquí destacaría que hay dos tipologías de comunidades de regantes. Existen comunidades grandes, con una estructura bien organizada y personal cualificado suficiente para hacer frente a los retos que tienen por delante y una gran mayoría de pequeñas comunidades con escasez de personal y medios que no pueden asumir responsabilidades importantes. Con la convocatoria de ayudas se han dado pasos en la digitalización de las comunidades, dado que al exigir la ley relacionarse con la administración de forma telemática, han tenido que avanzar en ese aspecto.

¿En este punto de la ejecución del Programa de Desarrollo Rural, cuál es su valoración sobre los objetivos fijados en las áreas de su servicio?

Los objetivos se van cumpliendo, solo cabe indicar que con cierto retraso. Al tratarse de obras de grandes importes, los trámites ambientales y administrativos se dilatan terriblemente y complican la ejecución.

¿Cómo ha afectado el Covid-19 al funcionamiento interno y a las convocatorias en marcha?

Ha dilatado los plazos en los casos de licitaciones o expropiaciones, ya que se han suspendido los procedimientos, pero en el aspecto económico no ha supuesto dilación ya que los pagos continúan con normalidad.

El sector agrario se ha mostrado de nuevo como estratégico en la economía ¿Cree que puede beneficiar a su posicionamiento dentro de la economía global?

Francamente creo que sí y deseo que así sea. Hasta ahora el sector agrario era el hermano pobre al que se mantiene por compasión, dudando de su necesidad. No era difícil oír expresiones como «los agricultores viven de subvenciones, para eso que no hagan nada y les pagamos por estar en casa» etc… es hora de que tome la importancia que merece.

¿Va a ser positivo para las gentes del medio rural?

Si la pregunta se refiere a si supondrá una mejora para la gente rural mejorar su posicionamiento dentro de la economía global, creo que sí, pero no hay que olvidar que todas las medidas conllevan otros deberes, mayor responsabilidad, posiblemente más trabajo y con ello el aspecto idílico de la agricultura puede pasar a ser más economista.

¿Qué es lo más positivo de las medidas que gestiona y en qué serían mejorables?

Lo más positivo es el efecto final, conseguir unas infraestructuras de riego modernizadas y efectivas que facilitan la vida al agricultor a un coste asumible.

Mejorable es nuestra tramitación y no solo la de nuestro departamento, sino la de todas las administraciones implicadas (que son muchísimas) así como la de las comunidades de regantes.

En un momento en el que la agroindustria es fundamental en la economía aragonesa, la gestión óptima del agua se convierte en un elemento estratégico. ¿Son conscientes los agricultores de la nueva situación creada?

Creo que no del todo, hay cierta tendencia a la continuidad y no se dan cuenta del valor que tienen entre manos.

Nos acercamos a un nuevo periodo. ¿Qué papel deberían desempeñar en él las medidas que gestiona?

Confío en que siga siendo clave y fundamental, yo así lo veo.

¿Es optimista en ese sentido?

Sí lo soy, pero veo un camino complicado y que conlleva tener que darse a conocer con mayor profundidad y de un modo más extenso. No es fácil, pero se seguirá luchando en esa dirección.