La medida ha generado 3.175 empleos, de los que 1.147 corresponden a jóvenes y 930 a mujeres.
Dentro del Programa de Desarrollo Rural de Aragón, una de las medidas más dinamizadoras es la de ayudas a la Agroindustria. Las inversiones en transformación, comercialización y desarrollo de productos agrícolas, se han consolidado en el sector como referente en la contribución al aumento de la competitividad y del valor añadido de los productos agrícolas, influyendo también en el desarrollo económico y vertebración del territorio, fomento de la innovación, respeto al medio ambiente y sostenibilidad social.
A efectos prácticos, las cifras hablan de un verdadero volumen de la medida y del potencial del sector, que podríamos considerar estratégico. Con las 785 solicitudes valoradas, se ha planteado una nada desdeñable inversión de más de dos mil millones de euros, de las que se han aprobado 755 millones a través de 392 expedientes y con una subvención final pagada de 135,5 millones de euros. Para el sector, esas cifras han supuesto un impulso y una dinamización económica.
En una primera valoración, el Departamento de Desarrollo Rural plantea la posibilidad de que las ayudas, en futuras convocatorias, incorporen los recursos públicos a proyectos viables, que puedan carecer de recursos para poder asumir las inversiones correspondientes. Se trata de vehicular la ayuda hacia los proyectos que difícilmente podrían prosperar sin las mismas, evitando, en lo posible, lo que se denomina “peso muerto”, discriminando la necesidad real de intervención desde las administraciones, para que puedan prosperar los diferentes proyectos en base a una necesidad real.
Del total los expedientes, el 82% correspondería a PYMEs, sin embargo, la cuantía de la subvención para las mismas ya descendería hasta el 73%, y lo que respecta a la inversión aprobada, hablaríamos del 50 %. El análisis de estos datos es ciertamente más complejo, pero refleja que, si financiamos uno de cada dos euros de inversión a través de PYMES, cuantitativamente los proyectos serían cuatro de cada cinco.
La valoración en la financiación de proyectos impulsados por cooperativas o entidades asociativas, que apenas suponen uno de cada cuatro respecto a los aprobados (26%), cifra que desciende hasta el 21% si solamente consideramos los beneficiarios (casi todas las Cooperativas y SATS tienen aprobados más de un proyecto).
Reconociendo la grandísima proyección de esta medida, su resultado en relación con el empleo generado resulta espectacular: 3.175 empleos generados, de los que 1.147 corresponden a jóvenes y 930 a mujeres.
En la distribución por sectores de las ayudas respecto a número de expedientes , el orden sería el siguiente: frutas y hortalizas ( 31,3%), cereales (17,8%), cárnico ( 16,1%) y piensos ( 14,3%); sin embargo, en relación a la inversión subvencionada, el orden sería : cárnico (26,3%), frutas y hortalizas (24,8%), cereales (18,3%) y piensos (12,7%).
En base a la experiencia de este periodo, a pesar de que el resultado de la implementación se valora como positivo, se considera necesario revisar su planteamiento futuro con objeto de incrementar el valor añadido de la medida.