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En Malón-Tierras del Moncayo-, la navarra Sandra Calvo explota 30 hectáreas de leñosos y frutales. El almendro y el olivo se llevan buena parte de su jornada. Llegar hasta este punto no ha sido un accidente, sino un anhelo de muchos años hecho al fin realidad.

-Se dio de alta en 2019. Lleva poquito…

-Y me estrené con una cosecha mala. El almendro se heló y la oliva vino muy abundante, pero con precios bajísimos.

-¡Pues vaya cambio! Porque usted está en esto con su marido y ninguno de los dos se dedicaba al campo como profesionales…

-Yo, ama de casa y mi marido trabajaba por cuenta ajena pero se cogía vacaciones para recoger la oliva. Nuestras familias contaban con tierras y lo hemos vivido desde pequeños. Heredamos y también nosotros hemos ido comprando campos: Para mí significa cumplir un sueño y he recorrido un largo camino que me ha llevado hasta aquí.

– ¿Se considera una romántica?

-Ja, ja. Esto me gusta, dejémoslo ahí. Me resulta inexplicable lo que disfruto, la satisfacción que me proporciona este trabajo. Sabemos que no vamos a ser ricos… pero con ir tirando nos conformamos porque, ¡claro!, hay que poder vivir del trabajo.

-Qué bonito, pero quebraderos de cabeza tampoco le faltarán…

-El año pasado perdimos el 80% de la almendra por una helada en abril. Y los seguros no cubren heladas. Trabajas para ti y te llevas las preocupaciones a casa. Los agricultores vivimos en la incertidumbre constante y con muchas preocupaciones.

-Lleva su producción de almendra a la cooperativa de Tarazona…

-La cooperativa junto con el sindicato agrario me sirven para obtener información y formación, que de ambas se necesitan para esta tarea. Yo, que acabo de comenzar, además estoy en proceso de aprender más, ahora estoy mejorando la poda y sé que queda mucho por delante.

-En Malón no existe la concentración parcelaria…

-No y no veo interés y posibilidad de que se realice. Y para mí sería mejor porque provengo de Ablitas, donde sí está, y veo los beneficios que aporta. Además, en Malón, riego de modo tradicional, así que habrá que hacer algo con este tema en el futuro. Por otra parte, al principio yo no era partidaria de la maquinaria, pero ahora resulta una gozada.

-Sin las ayudas a la incorporación de jóvenes, ¿hubiera dado el paso?

-Creo, con sinceridad, que no. En mi caso resultó fundamental. Nos movemos en un sector que maneja precios de hace 30 años y ¿dónde pasa eso? Y si la administración no echa una mano, ¿cómo ser rentable?

El Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Aragón 2014-2020 representa la mejora de la productividad y de la competitividad del sistema agroalimentario como base de la economía y de la generación de empleo rural, la gestión sostenible de recursos naturales y la acción por el clima y el desarrollo territorial equilibrado.

Este proyecto de Incorporación de Jóvenes Agricultores, pertenece a la Medida 6, Submedida 6.1. El importe de la ayuda ha sido de 45.000 €. El presupuesto total de la Submedida para el período 2014/2020 es de 61,1 millones de €.

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