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A esta pregunta ha querido dar respuesta un grupo de cooperación creado entre  Oviaragón, Asociación de Ganaderos de Ovino de Raza Roya Bilbilitana y con el apoyo de la Universidad de Zaragoza y la financiación del Programa de Desarrollo Rural (PDR).

Durante los dos primeros años (2017 y 2018), se realizó el desarrollo experimental en condiciones controladas de cebadero con corderos recién destetados para evitar el factor explotación. Y se concluyó que la supresión de antibióticos durante todo el proceso duplicó el número de corderos que enfermaron (de 3,2 a 6,5%). Y también disminuyó la ganancia media diaria.

En la segunda mitad de 2018 y 2019, se desarrolló el experimento en las ganaderías. Participaron 15 y se dividieron en cuatro grupos según modificaciones adoptadas en su manejo, higiene, alimentación todo con el fin de minimizar el impacto derivado de la supresión de antibióticos.

Los responsables del grupo hablan de “éxito parcial”, porque, si bien se ha demostrado que se pueden producir corderos libres de antibióticos en todas las fases, incluso sólo con aplicar protocolos rigurosos de higiene, desinfección y cambios en la alimentación, también se ha visto que, bajo determinadas condiciones, también pueden aumentar las patologías y la mortalidad. Por lo cual, indican, se precisan de nuevos estudios para lograr una producción totalmente libre de estos productos.

Además, este proyecto ha servido para diseñar un servicio al ganadero, para aplicar protocolos estandarizados y se ha realizado una extensa divulgación con recomendaciones e informaciones interesantes tanto para ganaderos como para técnicos.

 

 

 

 

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