Los grandes espacios naturales se ven a distancia, son conocidos, gozan de señalización en los accesos, material promocional, guía de conservación… pero hay especies que han decidido que sus hábitats no están en esos recintos y, en este caso, son los agricultores los que deben mantenerlos vivos.
La medida 10.1 se ocupa de canalizar las ayudas necesarias para que esos pequeños ecosistemas sigan manteniéndose, en un equilibrio con los entornos rurales. El mantenimiento del rastrojo en algunas zonas para conservar la nidificación de algunas aves, el cultivo de la esparceta para el mantenimiento del a fauna esteparia, el mantenimiento de prados de siega en zonas de montaña, la conservación del viñedo en zonas áridas de pendiente pronunciada, prácticas específicas en el cultivo del arroz para el fomento de la presencia de aves, la apicultura en colmenares reducidos y dispersos, generación de alimento para la avifauna…
Todos esos elementos que facilitan el equilibrio entre la economía y la naturaleza en el medio rural, tiene su espacio dentro del PDR.
En cuanto a las ayudas, se distribuyen en el siguiente mapa, estando los principales perceptores en la comarca de Jiloca (12,6%), Campo de Daroca (8,6%) y Comunidad de Teruel (7,7%).