Adesho, CEDER Monegros y Agujama, coordinados por el grupo de desarrollo rural CEDER Oriental,
exponen en un vídeo los beneficios de trabajar en el territorio bajo el enfoque de la Responsabilidad
Social. En él se recogen también los objetivos y resultados obtenidos con el proyecto INNOVA-RSE*,
impulsado por estos cuatro grupos de desarrollo entre 2017 y 2020.
En estos tres años de trabajo, más de 1.000 pequeñas y medianas empresas han sido informadas y
sensibilizadas a través de jornadas, reuniones, entrevistas y charlas; 52 pymes, la mayoría
microempresas, han sido acompañadas en el proceso de creación e implementación de sus planes
de actuación; se ha desarrollado una aplicación web para los escolares de primaria. Otros datos son: casi 600 jóvenes
han sido sensibilizados y formados gracias a los talleres Conciencia-RSE; se han planteado 200 ideas
y más de 500 retos para trabajar en innovación social como resultado de 8 mesas de trabajo que
contaron con participación público-privada; se han desarrollado 7 píldoras formativas para facilitar a
las empresas la autonomía en su implementación de la RSE; las empresas han generado 36 nuevas
buenas prácticas; y se han puesto en marcha 8 proyectos innovadores con un alto valor social, entre
los que destacan algunos como el de compostaje colectivo, promovido por una empresa de catering
de colectividades en Azanuy, en el que se ha implicado a toda la población.
Por todo ello, a pesar de que impulsar la Responsabilidad Social es todavía una labor lenta y que exige mucho esfuerzo de sensibilización y comunicación, el balance que realizan estos grupos es positivo.
Aunque no todo son números, también existen otros resultados que afectan directamente a la calidad
del territorio. Las microempresas han comprobado que la RSE no es un tema restringido a grandes
empresas o multinacionales, sino que les proporciona herramientas que les permite competir mejor
en el mercado, a la vez que controlan el impacto que su actividad genera en su entorno; el mismo
entorno que les facilita desarrollar su actividad, por lo que todos ganamos.
En este esfuerzo inicial se fue integrando también poco a poco al resto de colectivos necesarios implicados en la
Responsabilidad Social: consumidores, entidades públicas y privadas… Finalmente todos han
comprendido la importancia de trabajar con este enfoque en el medio rural y que todos tenemos un
papel activo para alcanzar un desarrollo más inteligente, más integrador y más sostenible, en
definitiva, más responsable, de nuestros territorios.
“Estamos muy contentos porque en este recorrido hemos logrado una mayor implicación de las
empresas y de las entidades públicas en proyectos de innovación social, hemos impulsado la
generación de nuevos proyectos y hemos provocado sinergias entre las empresas de nuestra zona.
INNOVA-RSE nos ha permitido sentar las bases de una Responsabilidad Social bien entendida, en la
que las propias empresas, la población y las entidades públicas y privadas se implican de forma
natural y lo integran en su ADN” manifiesta Óscar Moret, presidente de CEDER Oriental.
Y es que es éste el verdadero valor de INNOVA-RSE, que ahora comienza una nueva etapa en la que
se podrán consolidar las alianzas público-privadas iniciadas e impulsar nuevos proyectos con el
horizonte puesto en la Agenda 2030 y en la innovación social.
INNOVA-RSE es un proyecto de cooperación entre grupos de desarrollo financiado con fondos del
programa LEADER (Feader y DGA).