En Entrevistas

Sin pretenderlo, Paula Delmás protagoniza un viaje vital por Aragón. Nacida en San Esteban, en la próspera comarca oscense de Litera, dejó su pueblo para -como tantos otros jóvenes- irse a estudiar la carrera a Zaragoza. Y de ahí, otro salto hasta un pequeño pueblo de Teruel, Monforte de Moyuela, localidad del Jiloca fronteriza con Campo de Belchite y  Cuencas Mineras. En Monforte,  vive, trabaja y es alcaldesa.

-Una forastera como alcaldesa… eso es triunfar.

-Tiene su explicación. Nos reunimos el grupo de jóvenes de Monforte con la inquietud de que debíamos hacer algo para cambiar la situación y yo- que soy bastante pasional y veo las injusticias del medio rural- me presenté. Digamos que los jóvenes sentíamos ese clamor.

-Jóvenes en Monforte  cuyo censo no llega al centenar de habitantes.

-Sí, y somos un grupo de nueve personas, bastante numeroso lo cual da esperanzas a este  pueblo de 72 censados.

-Con su experiencia como ganadera, mujer joven y alcaldesa, dígame ¿cómo frenamos la despoblación?

– En muchos casos se habla de la falta de trabajo, pero existe otra razón mucho más profunda, de mentalidad y es que la gente no quiere vivir en los pueblos. Observo como muchos puestos de trabajo en el medio rural se quedan sin cubrir. Somos  hijos de una generación que nos remarcaba: “hijo, para vivir bien, vete a una capital” y aunque en muchos lugares ese pensamiento se ha superado, veo con tristeza como aún persiste. También nos enfrentamos a la falta de servicios, las carreteras, la conexión a internet…  eso no ayuda, pero no desalienta  a quien, de verdad,  opta por vivir aquí.

-Y como ganadera porcina, ¿ser mujer representa un inconveniente?

-En absoluto, es más, creo que nos beneficiamos sin ser conscientes de ello. Me explico, todo el mundo-en especial los hombres-reconocen  que quien fija población en los pueblos  es la mujer. Así que, de alguna manera todos quieren ayudarte y lograr que tu negocio salga adelante y te encuentres bien.  Yo me siento muy arropada y tratada con respeto.

En cuanto al trabajo en la granja lo pueda desempeñar indistintamente  un hombre o una mujer, el sexo no importa.

-Antes de ganadera, regentó el bar.

-Vivíamos en Zaragoza, mi novio se quedó en paro y regresó  al pueblo. También  coincidió que se retiraba la persona que llevaba el bar. Me vine yo a probar un año. Al final fueron cuatro  y ya tomamos la decisión vital de quedarnos aquí. Él se incorporó primero  a la actividad agrícola también gracias al Programa de Desarrollo Rural y a su familia. Yo  lo hice en 2016. Las primeras lechonas entraron el 26 de agosto de 2016.

-¿Qué significan las ayudas que ofrece el programa de Incorporación de Jóvenes?

-Las considero importantísimas porque ayudan al relevo generacional, esto es, si ya partes con herramientas,  con una explotación que te respalde,  la subvención  van fenomenal. Pero si buscamos que se incorpore gente nueva al sector primario, no lo logran por insuficientes. En este negocio no se puede comenzar desde cero.

El Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Aragón 2014-2020 representa la mejora de la productividad y de la competitividad del sistema agroalimentario como base de la economía y de la generación de empleo rural, la gestión sostenible de recursos naturales y la acción por el clima y el desarrollo territorial equilibrado.

Este proyecto de Incorporación de Jóvenes Agricultores, pertenece a la Medida 6Submedida 6.1. El importe de la ayuda ha sido de 9.000 €. El presupuesto total de la Medida 6 para el período 2014/2020 es de 79,4 millones de €.

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