Hijos de la aldea de Cheto, perteneciente al municipio de Bierge (Somontano de Barbastro), despoblada a mediados de los años 60 del siglo XX han vivido una emotiva jornada con la inauguración de una escultura, realizada por la artista visual y profesora Lucía Loren, que homenajea a los muretes de piedra seca -declarados Patrimonio de la Humanidad y Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón- que jalonan el camino que lleva desde Rodellar.
La inauguración de la escultura, con la ermita del castillo y los abrigos del Mascún al fondo, ha supuesto el brillante colofón a unas jornadas realizadas en Rodellar para dar a conocer esta técnica constructiva ancestral para rehabilitar antiguos caminos y también llevar a cabo acciones artísticas en sus muros. Un proyecto en el que viene trabajando desde 2015 la Asociación Muretes de Arte, creada por la francesa afincada en el Somontano, Sandrine Reynaud, siguiendo el ejemplo realizado en el sur de Francia donde a lo largo de varios años ya se han transformado 45 kilómetros de sendas con muretes de piedra seca en espacios creativos donde artistas galos, alemanes y de Canadá dejan su obra inmortalizada en piedra.
La iniciativa artística Muretes de Arte ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Bierge, la Comarca de Somontano, el CEDER Somontano y la Diputación Provincial de Huesca. Responsables de estas entidades han participado en la inauguración de la obra junto con la escultora madrileña así como vecinos de Cheto y de Rodellar, en un acto que ha reivindicado la pervivencia del medio rural y la necesidad de dotar a los pueblos con acciones culturales e infraestructuras dignas, como han expresado los vecinos.
Especial protagonismo ha tenido María Urbán Sierra, de 80 años, que junto a su hermana Asunción levantaron estos muretes con su familia y que fueron las últimas personas en abandonar Cheto en 1965 para emigrar a Barcelona. “Estoy muy contenta porque nos hayan hecho esta escultura. Al menos se acuerdan de nosotros”, dijo emocionada.