José María Salamero, director general de Producción Agraria del Gobierno de Aragón, hace un balance de las novedades que están por llegar con el nuevo periodo del PDR y muestra detalladamente aquellas medidas que seguirán siendo imprescindibles.
¿Cuáles han sido los principales logros del último periodo del PDR?
Uno de los grandes logros ha sido poder llevar a cabo la gestión con los objetivos que hemos ido modificando desde el 2015 hasta ahora, para acabar gestionando con la senda financiera que se programó. Además, había un problema inicial, ya que partíamos de una programación que tenía un importe presupuestario con un top up y ha habido una gran dificultad para gestionar esta parte.
En las medidas agroambientales el inicio no fue bueno, tuvimos que ajustar a esa senda financiera, sin tener en cuenta el top up, la ejecución de toda la programación y eso supuso que el primer año de asignación de compromisos, en concreto en las medidas de agroambiente y clima de la parte agraria, se tuvieran que hacer recortes de la asignación de esos compromisos. No fue así en agricultura ecológica y en las medidas de agroambiente y clima de la parte medioambiental. En esta sí que se ejecutaron y se asignaron todos los compromisos que hemos ido gestionando durante todo el periodo.
Durante estos cinco años, de alguna manera hemos intentado en aquellas medidas que hubo que hacer un recorte inicial, incrementar esa dotación presupuestaria, lo que ha permitido llegar al primer grado de compromisos.
Otro detalle importante es que se ha apostado por la agricultura ecología y hemos duplicado en estos dos últimos años el presupuesto, pasando de 2,6 millones a 5,6 millones de euros anuales. Creo que ha sido una gestión de subidas y bajadas pero que analizada en su conjunto, ha sido muy importante.
Desde el punto de vista de la gestión, yo me siento satisfecho, ha sido una gestión con muchas nuevas adaptaciones y problemas y creo que vamos a ser capaces de acabar este periodo dignamente.
¿Cuál es el reto para este nuevo periodo?
Tenemos un reto importante porque el nuevo periodo de programación de la PAC en su conjunto, supone un salto cualitativo y cuantitativo muy importante. La nueva programación va a tener un componente medioambiental queramos sí o sí. Se quieren alcanzar grados de apuesta de sostenibilidad muy altos que probamente no se llegue a conseguir. Este nuevo componente ha repercutido en el diseño del propio programa y en como los agricultores van a tener que planificar su explotación para recibir el máximo de ayuda. Aquí entramos en una planificación de forma escalonada hasta llegar al grado que se quiere. Vamos a empezar con el primer pilar, donde aparece una nueva figura que son los ecorégimenes, donde hay una serie de prácticas que los agricultores si quieren cobrar el 23% de la ayuda tienen que acogerse a una de estas prácticas que tienen componentes de sostenibilidad y medioambientales importantes. Pero antes va a estar el otro pilar medioambiental que varía sustancialmente. Esta es la condicionalidad reforzada. Ahora un agricultor va a tener que cumplir una serie de condicionantes básicos y a partir de ahí tendrá que subir al siguiente escalón y ahí entramos con nuestra programación particular de Aragón, que será el tercer escalón.
¿Qué hay en la nueva programación?
Hay 9 intervenciones más las de zonas con limitaciones naturales. Hemos hecho un esfuerzo importante para dotar todas las intervenciones de una estimación presupuestaria acorde a los que creemos que puede ser. La dotación va a estar en torno a 20 millones de euros anuales. Queremos que las ayudas vayan directas a los que son profesionales dentro del sector y para ello haremos unos criterios donde tendremos en cuenta baremos de profesionalidad, titularidad compartida, si estás en red natura, si eres mujer… de tal manera que podamos elegir como posibles candidatos y a asignarles compromisos a aquellos que más dependan de su actividad agraria. Esto es clave.
Dentro de estas 9, hay dos medidas destinadas a la ganadería extensiva, una intervención para la apicultura, va a haber otra de protección de la bifauna, mejora de hábitat y actividades agrarias para la preservación de la biodiversidad, la lucha alternativa a la lucha química en el arroz, prácticas para la mejora de la erosión del suelo, agricultura ecológica, conservación de recursos genéticos y las medidas destinadas a red natura 2000.
¿Es compatible los criterios medioambientales con la producción que vamos a exigir en los próximos años al sector agrario a raíz de la guerra de Ucrania?
Es algo de lo que se habla todos los días y se dice que se va a programar una excepcionalidad como se ha hecho con los barbechos. Mi percepción es que está habiendo una lucha importante dentro de los órganos de la propia comisión y parece que no se quiere perder ese objetivo de sostenibilidad, pero Ucrania nos ha puesto en una situación que puede poner en cuestión la dependencia de otros países para mantener nuestro nivel. Creo que no hay que perder este objetivo, hay que ir dando pasos poco a poco y sí que es verdad que la guerra puede limitar esos pasos, pero las respuestas que estamos teniendo apuntan a que sí que va a haber excepcionalidades puntuales pero a la vez hay que intentar reducir el uso de los fitosanitarios y los fertilizantes y seguir en esa línea.
