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El proyecto Pistara: Caracterización ambiental y edáfica del territorio aragonés para el cultivo del pistacho tiene como objetivo conocer las zonas más óptimas del cultivo de pistacho a través de un estudio climático de todo el territorio aragonés facilitando así el aumento de la producción y por tanto de la sostenibilidad y viabilidad de las explotaciones. Dicho proyecto pretende ajustar la aplicación de diferentes productos fitosanitarios y fertilizantes a las necesidades del cultivo en las diferentes épocas del año. Con la consecuente reducción de residuos contaminantes, promoviendo así, la protección del medio ambiente.

El grupo de cooperación del proyecto está formado por 7 entidades, 5 de ellas beneficiarias (Apistar, Andoval, UAGA, Rebeca Tul Moreno y Cultivos Forestales y Micologicos) y 2 no beneficiarias (Estación Experimental Aula DEI e ITAINNOVA). El proyecto se desarrolla en parcelas de todo el territorio aragonés, en concreto en los siguientes municipios: Aguaron, Alborge, Alcañiz, Alfantega, Argente, Borja, Calatorao, Cariñena, Cella, Ejea de los Caballeros, Encinacorba, Escorihuela, Laluenga, La Muela, La Puebla de Hijar, Lucena de Jalon, Maluenda, Monreal del Campo, Olves, Pinsoro, Salillas, Torrelacarcel, Todos, Teruel, Valdealgorfa, Valdecebro, Valmuel y Zuera.

El campo en Aragón se enfrenta actualmente a un gran reto: la conversión de cultivos con producciones irregulares y poco rentables a otros cultivos que aseguren retornos que consoliden su continuidad y viabilidad. Grandes superficies de secano están ocupadas por cultivos de cereal o por cultivos leñosos como el almendro, muchas veces con variedades poco adaptadas, cuya producción depende peligrosamente de la bondad del clima y su rentabilidad de los vaivenes del mercado. Esto ha sido la causa del abandono de tierras o su arrendamiento y, finalmente la disminución de la población rural. La solución obvia es la sustitución de estos cultivos por otros con producción más regular y una rentabilidad más estable.

El pistachero se ha convertido en una de las especies con mayor interés en el sector de frutos secos, por su mejor adaptación a condiciones meteorológicas que el resto de frutales, soportando heladas de -30ºC en el invierno y por encima de 40ºC en verano. El saldo comercial de España siempre es negativo, registrando el valor de las exportaciones de 632 miles €, frente a 1.314 miles € de las importaciones, resultando un saldo negativo de 782 miles de € en 2019. Pero el cultivo del pistacho no tiene tradición en el campo aragonés. Tiene características propias que lo hacen diferente de los demás frutos secos o el olivo, por lo que requiere una formación y asesoramiento para que la plantación tenga éxito.

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